Desde su propio nacimiento, la humanidad viene luchando contra el dolor. Es por ello que se hace necesario realizar una revisión del concepto del dolor y del tratamiento del dolor desde épocas primitivas hasta la actualidad.
De entre las fechas reseñables destacan:
- En 1831 se introducen los anestésicos
- 1926 : Swetlow realiza un bloqueo simpático neurolítico con alcohol para la angina de pecho y el dolor abdominal
- 1931: Dogliotti realiza una rizotomía subaracnoidea con alcohol
- 1953: Bonica publica el primer texto sobre dolor “ The management of pain “ , estableciendo las bases de lo que sería la Algología moderna
- 1960: Bromage estudia la fisiología y farmacología del bloqueo epidural
- 1963: Se introduce en la práctica clínica la bupivacaína
- 1965: Wall y Melzack describen la teoría de “ la puerta de entrada a nivel medular “ sobre la transmisión del dolor
- 1970: Bonica estudia los efectos cardiovasculares del bloqueo nervioso central
- 1976: Yaksh describe los receptores medulares opiáceos .
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La Edad Antigua es un período tradicional, muy utilizado en la periodización de la historia humana, definido por el surgimiento y desarrollo de las primeras civilizaciones que tuvieron escritura, llamadas por ello "civilizaciones antiguas". Tradicionalmente ha sido el período inicial de la historia propiamente dicha, iniciada con la invención de la escritura, precedida de la prehistoria. Algunos esquemas periódicos consideran que existe una etapa llamada "protohistoria", entre la prehistoria y la Edad Antigua, definida por el surgimiento de las primeras civilizaciones sin escritura. Durante la Edad Antigua surgieron y se desarrollaron cientos de civilizaciones de gran importancia en todos los continentes, muchas de las cuales generaron productos, instituciones, conocimientos y valores que aún se encuentran presentes en la actualidad, desde Sumeria (IV milenio a. C.) y el Antiguo Egipto, pasando por las antiguas civilizaciones védicas en la India, la China Antigua, las antiguas Grecia y Roma, el Imperio aqueménida en Persia, la Antigua Sudamérica, entre muchos otros. Datos relevantes en relación a la lucha contra el dolor son : El hombre primitivo creía que el dolor estaba localizado en el cuerpo y que lo causaban los demonios, humores malignos o espíritus de muertos que entraban en el cuerpo a través de los orificios. Por tanto, tapaban o sacaban por aquellos a los espíritus malignos. El hombre Neolítico, hace más de 9000 años, atacaba el dolor en el aspecto físico con plantas, sangre de animales, con frío y calor. Desde el aspecto psicológico con ritos mágicos, hechizos y comunicación con dioses. Los sumerios en el 4000 a. C., usaban el hulgil o planta de la alegría, es la primera referencia histórica que se tiene del uso del opio. En la civilización mesopotámica, 3000 a. C., “Asu” era el “médico” encargado de realizar exorcismos para aliviar el dolor. Decían oraciones para conseguir el perdón de los dioses, ya que el dolor era considerado un castigo divino. También empezaban a utilizar hojas de mirto (actualmente se sabe que contiene precursores del ácido acetilsalicílico). En el antiguo Egipto el dolor era percibido como un castigo de los dioses Sekhament y Seth, consideraban los orificios nasal izquierdo y los oídos como las vías de entrada de la enfermedad y de la muerte, con lo que el tratamiento era purgar dicho dolor a través de estas vías. Sin embargo, hay pruebas donde reflejan el uso de plantas para la curación del mal, el Papiro de Ebers (1550 a. C.) describe con gran detalle el empleo del opio para el tratamiento de las cefaleas del dios Ra. Las civilizaciones del antiguo Egipto comenzaron a usar narcóticos vegetales como adormidera, mandrágora y el cannabis (Papiro de Hearst), que se cultivaban en India y Persia. Durante los años 400 y 700 a. C. los incas peruanos tenían la creencia que la hoja de coca representaba un regalo de Manco Capac, hijo del dios del Sol, en compensación por todo el sufrimiento humano. En toda Sudamérica existían 3 tribus, en su mayoría nómadas, donde la coca estaba muy difundida. Las características fundamentales de su medicina fueron entre mágica y empírica. El hechicero jugaba un papel básico para aplacar los espíritus. Los mayas en México, promulgaban el dolor como sinónimo de muerte. El budismo del siglo V a. C. planteaba el dolor como una frustración de los deseos, y por lo tanto, lo localizaban en el alma. Buda (556 a. C.) planteó “El dolor es universal. Nadie puede liberarse de él, desde el nacimiento hasta la muerte”. Los hindúes y budistas fueron los primeros en señalar la importancia del componente psicológico del dolor. Los antiguos chinos creían que el dolor era una pérdida de equilibrio entre el ying y el yang, para ellos el dolor asentaba en el corazón. Algunos sabios griegos defendieron la tesis de que el cerebro era el órgano regulador de las sensaciones y dolor. Otro gran grupo, encabezado por Aristóteles, defendía la teoría de que el dolor viajaba a través de la piel, por la sangre hasta el corazón. Hipócrates (460 – 377 a. C.) planteaba el dolor como una alteración del equilibrio normal del organismo que yacía en el corazón. El mismo Hipócrates describe el uso de la corteza del sauce blanco y lo recomendaba para aliviar dolencias de parto. En el 400 a. C. Platón y Demócrito referían que era una intrusión de partículas en el alma, y para ellos, estaba en el corazón. Aristóteles fue el primero en plantear el dolor como una alteración del calor vital del corazón, a su vez determinado por el cerebro. Galeno (130 – 200 d. C.), su contribución al entendimiento del dolor y descripción del sistema nervioso relacionándolo directamente con el cerebro ha sido extremadamente avanzada para su época. Negaba la idea de un alma inmortal causante del dolor, definía el dolor como una sensación originada en el cerebro y utilizaba hojas de plantas como apósitos para úlceras y heridas abiertas. Avicenna, médico persa, escribió en el siglo XI “El canon de la Medicina” en el que resaltaba la anatomía de los receptores para el dolor en el ventrículo anterior. Describe unos 15 tipos de dolor e inflamación.
En Europa, en el medieval siglo XII, la situación frente al dolor no era muy diferente con respecto a la medicina de la antigüedad hipocrático-galénica. Así : Miguel Scoto médico, astrólogo, filósofo y alquimista escocés (1175-1232), describe cómo se debe anestesiar a un paciente que ha de ser amputado: "Tómese opio, mandrágora y beleño en partes iguales, pulverícense y mézclense con agua. Cuando queráis amputar un miembro coged un puñado de esto y ponédselo al paciente en las narices. No tardará en dormirse tan profundamente, que podréis hacer con él lo que queráis" El también filósofo y médico árabe Avicena (980-1013) en el Canon, ve en el dolor algo contrario a la Naturaleza. Además del garrotazo o del alcohol, que le hacían ingerir al pobre paciente en abundante cantidad, antes de la cirugía, en la Edad Media se utilizó también como anestésico la llamada Esponja Soporífera, una esponja marina que era impregnada con legendarios calmantes como el opio, la famosa mandrágora (Mandragora officinarum); el hachís, resina obtenida de la cannabis; y la venenosa cicuta (Conium maculatum), que era un viejo remedio usado ya por los médicos hipocráticos, que difunden en la Edad Media, desde sus conventuales monasterios, los monjes benedictinos como un eficaz anestésico. El cristianismo privilegió el dolor y el sufrimiento, convirtiéndolos en vías de salvación, la enfermedad se esconde, el dolor se sufre en silencio. El cristianismo hace del dolor la piedra angular de su sistema moral, ensalzándolo, viéndolo como medio de catarsis para la expiación de los pecados y vía para purificar el alma del mal.En este sentido : Aparecen los misterios dolorosos, las vírgenes dolorosas; al dolor eterno están sometidos los condenados al Infierno. El dolor es pena y vía de salvación para el otro mundo. Los mártires cristianos identifican su dolor con el sufrimiento de Cristo y entran en medio del tormento en una especie de arrobamiento místico. Las zonas anestésicas en el cuerpo fueron prueba inapelable de brujería ante la Inquisición. Mediante la tortura, inquisidores -antiguos y modernos- logran confesiones torturando cuerpos y almas que se rinden ante el dolor.
Al alquímico alemán Paracelso (1493-1541) le debemos la creación del Laúdano, que en latín significa lo que es "digno de alabar", una mezcla de opio y alcohol, que haría todavía más famosa el inglés Thomas Sydenham (1624-1689), el mayor clínico del siglo XVII, mezclando el opio, que era sólido como el laúdano de Paracelso, con vino blanco de Málaga, azafrán y canela. Fue un famoso y muy utilizado remedio, que llevó por siglos el nombre de Laúdano de Sydenham, que se usaba, hasta el siglo XIX, para todo tipo de dolores desde el de muela al dolor producido por el cáncer o la neuralgia del trigémino, además de usarlo frecuentemente en el tratamiento de los problemas gastrointestinales. En el Renacimiento, Leonardo da Vinci hace una descripción anatómica de los nervios en el cuerpo humano y los relaciona directamente con el dolor, confirmando así la teoría galénica sobre el cerebro como motor central del dolor. Consideró el tercer ventrículo como estructura receptora de las sensaciones y la médula como conductora de estímulos. El cirujano francés Ambrosio Paré (1510-1590), figura destacada en el Renacimiento, se preguntaba por el misterioso dolor del miembro fantasma que sufrían los amputados en las guerras. El gran maestro de la cirugía que había suprimido el uso de aceite hirviendo para el tratamiento de las heridas sostenía en el siglo XVI que: "nada abate tanto la fortaleza humana como lo hace el dolor". Paré recomendaba al cirujano durante la operación quirúrgica: "obrar con la máxima rapidez a fin de no dejarse influir por los gritos y los gemidos de los enfermos". Descartes en 1664 aportó el concepto de que el dolor viaja por finas hebras. Apoyó con sus teorías a Galeno, desacreditando a Aristóteles. Definía los nervios como “tubos” que transmitían sensaciones directamente al cerebro y de ahí a la glándula pineal. Durante el siglo XVIII aparecen dos corrientes originales frente al dolor: el mesmerismo basada en un poder curativo con las manos y otra fundamentada en los avances de la química moderna, concretamente en el uso de los gases. Estos últimos van a impulsar el desarrollo de la anestesia. En Alemania, en el siglo XIX se abre un nuevo campo a la investigación de principios activos procedentes de plantas. Serturner, farmacéutico de Westphalia, se dio cuenta que al tratar el opio con amoníaco observaba unos cristales blancos, que purificó con ácido sulfúrico y alcohol. Estos “residuos” provocaban sueño en animales, lo denominó “morfium” (1804) en honor al dios del sueño Morfeo. En 1827, E. Merck & Company comercializó por primera vez la morfina. Muller establece en 1840 la importancia del sistema nervioso en la transmisión del dolor. Un 30 de setiembre de 1846 William Thomas Green Morton, dentista de Boston, extrajo una muela sin dolor, un 16 de octubre de ese mismo año hizo una demostración pública en el Hospital General de Massachusetts usando éter sulfúrico, a quien el cirujano Collins Warren extirpó sin dolor un tumor cervical. Esta fecha es considerada históricamente como la primera anestesia general. En la segunda mitad del siglo XIX se producen grandes descubrimientos farmacológicos y es remarcable el gran despegue de la morfina y coca en todo el mundo. Entre 1930 y 1945 los pioneros del tratamiento del dolor era todo el gremio de la cirugía, siendo Leriche en 1939 el primero en publicar la idea de dolor crónico como “enfermedad” en su libro “La cirugía del dolor”. En 1942 – 43 Livingston comienza a explicar el mecanismo del dolor de la causalgia y sus estados afines, creando un laboratorio de investigación en dolor. Debido a la Guerra Mundial, Beecher investigó la respuesta al placebo (1946), así como observaciones en los heridos de la Segunda Guerra Mundial. Sus publicaciones llevaron a que la comunidad médica pensara en el dolor como un producto de los factores físicos - psíquicos. John Bonica y Alexander fueron los primeros clínicos en apreciar la dificultad en tratar el dolor y plantean la posibilidad de hacerlo en equipo. Debido a los problemas derivados de los heridos en la guerra implementa la primera unidad 5 dedicada al tratamiento del dolor en el Madigan Army Hospital en Tacoma, Washington. En 1953 publica “The Management of Pain” exclusivamente sobre el tratamiento del dolor. El impulso del Dr. Bonica ha sido fundamental para el siglo XXI pues hasta 1960 no existían especialistas en dolor, el personal sanitario no disponía de información sobre fisiopatología y tratamiento del dolor. En 1953 J. Bonica impulsa las Unidades de Dolor y es en 1960, al ser nombrado Jefe de Anestesiología de la Universidad de Washington en Seattle, cuando crea la primera clínica multidisciplinaria del dolor (psiquiatra, cirujano ortopédico y neurocirujano) que ha servido de modelo para la multitud de clínicas alrededor del mundo. El primer simposio internacional sobre el dolor y su tratamiento fue organizado por Bonica en Seattle en 1973, y ahí se crearon las bases para la creación de la “Asociación Internacional para el Estudio del Dolor” (IASP, siglas en inglés), dicha asociación edita desde 1975 la revista Pain dedicada exclusivamente a la investigación en dolor. Hay un gran avance en la creación de servicios médicos dedicados al tratamiento del dolor. Trabajos como el de Clifford Wolf y Bennett puntualizaron, en 1991, el importante papel de los receptores N – Metil.D.Aspartato en la génesis de un estado de sensibilización central, produciendo dolor crónico, en 1996 investigaciones en nuevos mediadores de la inflamación como los canales de sodio y calcio, relacionados directamente con la transmisión de fibras aferentes, son claros ejemplos del moderno abanico de investigación del dolor en la actualidad.