El transporte de compuestos entre la sangre y el  sistema nervioso central. está limitado y regulado por tres tipos de barreras hemáticas  las cuales constituyen  mecanismos  de  protección del  sistema nervioso central 

Existen  3  tipos  de  barreras hemáticas   en  función de la localización, tipo celular y función: 1) La  barrera hematoencefálica ( BHE ) , 2)   La  barrera hematocefalorraquídea ( BHE-LCR ) y   3) La  barrera sangre-aracnoides

Figura  1. Barreras hemáticas en el  sistema nervioso central  Se distinguen tres tipos diferentes en cuanto a su localización, tipo celular y función: 1) La  barrera hematoencefálica ( BHE )  :  separa el sistema vascular del espacio extracelular del parénquima cerebral, está formada por células endoteliales, que carecen de fenestraciones y de vesículas pinocíticas y que establecen fuertes uniones estrechas intercelulares a nivel apical.  2) La  barrera hematocefalorraquídea ( BHE-LCR )   :  entre el el plexo coroideo y el líquido cefalorraquídeo  , está formada por células epiteliales  del plexo coroideo que presentan fenestraciones y hendiduras intercelulares, pero que establecen uniones estrechas a nivel apical para restringir el paso paracelular. ;  3)  La  barrera sangre-aracnoides : localizada entre la pared de los grandes vasos durales y subaracnoideos y el   líquido cefalorraquídeo   del espacio subaracnoideo, está formada por células planas aracnoides. ,

 

Estas barreras físicas y metabólicas protegen al sistema nervioso central. frente a xenobióticos así como frente a aquellas sustancias endógenas que pudieran resultar potencialmente tóxicas para el organismo. Asimismo, la presencia de estas barreras  determina y limita la distribución de moléculas con actividad a nivel del sistema nervioso central. 12

La barrera hematoencefálica ( BHE ) y la barrera hematocefalorraquídea conforman las dos barreras fisiológicas más importantes en el control de entrada y salida de compuestos endógenos y exógenos, siendo la primera la más limitante de las dos. Esto se debe a su gran superficie de intercambio, de entre 12-18 m2 para un adulto humano, es decir, supone un área unas 5000 veces mayor que la correspondiente a la BHE-LCR 34 ,5 ). Por otra parte, la barrera sangre-aracnoides  no influye de manera significativa debido a su naturaleza avascular y a su pequeña área superficial 6

Figura 2. Relaciones funcionales entre los distintos elementos que  componen la  barrera hematoencefálica ( BHE ) y la barrera hematocefalorraquídea Las  flechas indican la dirección del   líquido cefalorraquídeo  (modificado de 7 ) 

 

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