El tratamiento del dolor lumbar desde antiguo ha estado basado en la especulación y la falta de información científica, generalmente sobre bases teóricas y exentas de conocimiento derivado de la experimentación. Para evitar  heterogeneidad  es necesario conocer cuáles son las  RECOMENDACIONES GENERALES DEL TRATAMIENTO DEL DOLOR así como  considerar  la  existencia  de los 2 pilares  sobre los que se sustenta el tratamiento  del dolor :1)el  TRATAMIENTO ETIOLÓGICO DEL DOLOR y  2) el TRATAMIENTO SINTOMÁTICO DEL DOLOR.. En  este último  caso  es  importante reseñar  el TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO DEL DOLOR , TRATAMIENTO NO FARMACOLÓGICO DEL DOLOR  y las TÉCNICAS INTERVENCIONISTAS PARA EL TRATAMIENTO DEL DOLOR

En todo caso , las medidas terapéuticas deben basarse en el conocimiento de una serie de  estrategias analgésicas  en las que la protocolización de los tratamientos  y el  desarrollo  de guías clínicas  facilite la toma de decisiones y la obtención de información para su posterior análisis  al  unificar las pautas de tratamiento. 

En el  caso  específico  del  dolor lumbar :

  • El objetivo del tratamiento es darle al paciente la seguridad de que no padece ninguna enfermedad subyacente potencialmente grave y de que su recuperación será más o menos rápida. Hay que garantizar una correcta información sobre el padecimiento, aliviar los síntomas y, por último y más importante, recomendar una apropiada actividad física que permita el restablecimiento de la función y prevenga la evolución  a dolor lumbar crónico  

 

El dolor lumbar agudo es, habitualmente, de etiología benigna con tendencia a la mejoría espontánea. No obstante, la persistencia de síntomas y las recurrencias son frecuentes. Por lo tanto, en su manejo, lo fundamental no será un tratamiento curativo, sino adoptar aquellas medidas que contribuyan a mejorar los síntomas más incapacitantes, favoreciendo el mantenimiento de la actividad habitual.

 

  • El tratamiento recomendado se basa en la analgesia mediante fármacos orales (AINE fundamentalmente) y métodos físicos, y en realizar la actividad que sea posible mientras espera su recuperación. En este sentido, el reposo absoluto –cuando es imposible la deambulación– debe ser inferior a 2 días. El paciente debería realizar el máximo de actividad que aguante sin hacerse daño
  • Para la gran mayoría de lumbalgias el manejo conservador es suficiente para mejorar el dolor, incluyendo manejo con medicamentos y terapia física. Inclusive, los dolores radiculares por compresión secundarios a hernias discales lumbares pueden llegar a mejorar espontáneamente desde 81 % hasta 87 % de las veces.1

 

Los objetivos del tratamiento del  dolor lumbar  son: 1. Aliviar los síntomas del paciente. 2. Permitirle que continúe haciendo una vida normal mejorando su tolerancia a sus actividades y evitar, al tiempo, la cronificación de su incapacidad lumbar. 3. Hacer un uso eficiente de las técnicas diagnósticas. 4. Evitar la cirugía innecesaria. 5. Lograr una utilización eficaz o adecuada de los recursos terapéuticos.

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